El favorito de la gente fue expulsado de Gran Hermano tras una violenta reacción. Afuera, sus fanáticos lo alientan, en la calle le piden fotos y su presencia es sinónimo de rating. Si bien no ganó, continúa buscando cambiar su destino.
Fue el primero en ingresar a la Casa, y todos apostaban a que apagaría la luz –tarea que le corresponde al campeón– al concluir la edición. Sin embargo, su relación con Mariana Farjat, los celos y el encierro le jugaron una mala pasada a Brian Lancellota (25), quien luego de 95 días en el programa fue expulsado del reality por agredir verbal y físicamente a su novia. “Por el tipo de salida que tuve no imaginé que iba a darse todo así, tan positivo, ver a mucha gente apoyándome y queriendo meterme de nuevo en la Casa. Es re lindo ese cariño”, arranca el muchacho de La Tablada.
–Te pusiste mal al perder el premio, que era de gran ayuda para tu familia…
–Era el objetivo, estuve y estoy un poco triste porque la idea era otra, no esta salida. De los errores se aprende y espero que ahora todo lo que venga me ayude a lograr mis objetivos, mejorar mi vida y hacer algo con la música.
–¿Tenías ganas de salir o el alcohol te potenció?
–Estaba a la vista que la relación con Marian no era la más normal, y quise por ahí escaparme un poco de eso. Estar 95 días encerrado, eso también te satura, entonces surgen las peleas y las discusiones. Me fui por eso, toqué fondo.
–La relación con Mariana sería el punto de quiebre.
–Los dos empezamos la relación y somos los que hicimos que terminara así. Creo que me enganché por demás. No voy a decir nada malo de ella.
–Hoy, de afuera, ¿te sigue interesando Mariana?
–El amor no se va de un día para el otro. Yo me encariñé mucho, y la Casa potencia todo. Eran las 24 horas juntos y todo el tiempo pegados. Nos saturamos mutuamente.
–¿Puede continuar la relación?
–Creo que lo mejor para los dos, cuidándonos, lo mejor es que tomemos distancia porque no nos estábamos haciendo bien, y hay familias detrás de nosotros.
–Antes de entrar, ¿dejaste alguna novia afuera?
–Sí. Afuera estaba conociendo a alguien, pero me enteré de que quedé en el programa, así que lo charlamos y quedamos en que íbamos a terminarlo ahí. Después adentro pasó todo con Marian.
–Tu familia te alentaba desde afuera.
–Lo sé. Mi sueño era el sueño de ellos. Lo viven con la misma intensidad.
–¿A dónde querés llegar?
–¡Hasta el Luna Park! (bromea). Me encantaría vivir de la música. Sé lo que es laburar de lo que no querés, tener que levantarte todos los días, laburar, burrear por dos mangos. Es lo que nos toca. No tengo estudios ni nada, y me tengo que adaptar a lo que hay y trataré de aprovechar las oportunidad que se presenten.
–¿Sos el sostén de tu mamá y de tu hermano?
–Siempre nos ayudamos entre todos. Al ser humildes nos damos una mano uno al otro. Si hay un caramelo… lo partimos en la cantidad de gente que seamos. Eso rescato de mi familia. Y siempre laburando de lo que sea, una fábrica, albañil… no se me caen las medias.
–También te sucede que creés ser padre…
–Entré por tres motivos a la Casa y voy a intentar cumplirlos. Uno de ellos es una de las cosas más importantes: saber si tengo un hijo. La madre nunca me quiso dar la oportunidad de sacarme la duda. Tengo ese derecho. No le creo que no sea mío, y quiero una prueba escrita. Mientras tanto no paro de pedirlo, porque hace seis años que quiero saber eso.
–Al principio, te gustaba María Paz Delgado e ibas tras ella…
–En realidad estaban todas para comérselas con pan. Todas lindas. En ese momento Maipy me parecía la más linda, pero no se dio, y por algo pasan las cosas. Lo que menos me imaginé era terminar con Marian.
–¿Estabas tan celoso o la Casa te potenciaba?
–Creo que cualquier persona normal con una novia como Marian tendría celos. Eramos los dos, pero creo que un poco soy celoso fuera y dentro del juego.
–El sexo no les dio ningún pudor…
–Después de tanto tiempo dentro de la Casa te olvidás y querés vivir lo más normal posible. Y cuando estás en el traqueteo no pensás mucho.
–¿Marian es buena en la cama?
–No quiero hablar de esas cosas pero sí, muy, muy…
–Y eso de que estuvo con 113 chicos…
–No sé si creer eso. Tampoco me interesa. Era la Marian que yo no conocía y me quedo con la que me enamoró.
–¿Y en tu pasado hubo muchas chicas?
–No tengo tantas como ella. ¡Qué voy a tener si no levanto ni tierra!
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