Fernando Amador revela el detrás de escena de Supervivencia al desnudo: edición extrema, el reality de Discovery en el que 12 participantes son abandonados en la selva sin comida, sin agua y sin ropa. Mirá un avance.
Hambrientos, fastidiados, demacrados, cansadísimos, los norteamericanos EJ y Jeff caminan por la selva de Roca Diablo, en la zona más ecuatorial de Colombia, en busca de algún alimento un poco más contundente que las raíces, frutos e insectos que vienen consumiendo desde hace 11 días.
"Necesitamos algo de carne", dicen, mientras deambulan entre las lianas sin más implementos que una bolsita de tela cruzada sobre el pecho, en la que guardan como tesoros unos metros de hilo y tres palitos. Cuando logran atrapar en una laguna de barro una tortuga de 9 kilos, se abrazan, lloran de emoción y se felicitan a los gritos por haber dado con ese manjar que les representará unas cinco mil calorías en la dieta. Más que suficiente para varios días.
En Caño Verde, Río Negro y El Bosque, otras tres zonas igualmente salvajes de Colombia, otros grupos protagonizan escenas similares. Son los participantes del reality de Discovery Supervivencia al desnudo: edición extrema que aceptaron ser abandonados en la selva durante 40 días, sin agua, comida ni ropa, y vivir para contarlo.
Todos están completamente desnudos, pero la producción decidió pixelar sus partes íntimas. El programa va los jueves a las 23 por Discovery, y en el piso, regiamente comido, bebido y vestido, lo presenta el actor argentino Federico Amador. "Me encanta el programa. Me parece muy atrapante. Todo lo que tenga que ver con la naturaleza me apasiona, y el desafío es realmente extremo".
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-¿Cuál es el plus para ganar: resistencia física, temple, estrategia?
-El que más posibilidades tiene de alcanzar la meta es el que mantenga la cabeza fría, en calma. Por supuesto que necesitás una base: tenés que entrar en buenas condiciones, bien alimentado, pero luego no pasa por el entrenamiento, si siquiera por el conocimiento. Lo principal es mantener la calma en las condiciones adversas. Aceptar lo que está pasando y no pelear contra eso. Me parece que ese es el plus.
-¿Como seleccionaron a los participantes?
-Todos han estado en otras ediciones anteriores, y se eligieron a 12 personas que podrían alcanzar la meta. Lo bueno es que, una vez en la selva puede pasar cualquier cosa: se pueden separar del grupo, se pueden unir con otro, se pueden pelear, abandonar. Y de hecho -y lo lindo- es que todas esas cosas pasan.
-¿Como es el detrás de escena de un show como este?
-Lo que te puedo decir es que, por contrato, las cámaras están a pocos metros pero tienen prohibido interactuar con los participantes. Esa es la regla número uno y solamente se quiebra en caso de peligro de muerte, o para rescatar a alguien que por iniciativa propia decida abandonar el juego, lo que ya ocurrió en un caso.
-¿Cómo se monitorea la salud física y emocional de los participantes? Por momentos se los ve desbordados.
-Hay médicos, hay asistencia y gente de la producción que está a un par de kilómetros pero, como te decía recién, no interactúan salvo emergencias. Ahí si: van, les hacen chequeos. Hay una participante que tiene un accidente relativamente grave, y el médico se limita a ir, curar las heridas y retirarse.
-Una pregunta técnica, o una opinión en todo caso. ¿Por qué pixelar los cuerpos, pensás que ofende verlos desnudos en la selva?
-Me parece que hay una cuestión de ATP, y se pixela para que lo puedan ver todas las edades. Hay de todo en esta vida. Yo, a mi hijo de 9 años, si no estuviera pixelado, creo que no se lo dejaría ver. Me parece que tiene que ver con eso, hay gente más sensible que otra.
-¿Se participa por un premio?
-El premio es la superación. No hay un premio monetario, y eso es lo que engancha al televidente. Son gente común y nos gusta ver cómo alguien va atravesando escollos, dejando atrás miedos en pos de superarse.
-¿Cómo te imaginas vos allí?
-Mirá, a mí me hubiera encantado participar, porque me gusta mucho la naturaleza y los desafíos. No sé si algo me daría impresión, creo que no tendría miedo, ni nada. Para mí, lo más difícil no sería quedarme 40 días, sino convivir con los otros 12 que están en la selva (risas).
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