La capocómica –que deslumbra en su gira por el país con el show Lizy Tagliani Recargada– presenta a Federico, su novio peluquero diez años menor que ella, y nos muestra la casa en la que vivirán, en un barrio privado de Hudson. Además, confiesa sus ganas de ser madre. “Deseo adoptar”, expresa.
Nos encontramos en su peluquería de Recoleta. “Termino de peinarme y salimos. Miren que la casa está vacía... Aunque no lo crean, ¡la voy a conocer ahora con ustedes!”, confiesa Lizy Tagliani (45), dispuesta a compartir con GENTE el momento en el que pisará por primera vez la propiedad que le compró a su primer jefe peluquero, en un barrio privado de Hudson. “Confío tan ciegamente en él, que cuando me dijo que era ideal para mí no necesité ni verla... Puse en venta la mía en Adrogué; aunque me unen a ella los recuerdos, está muy viejita y hay que tirarla abajo”, asegura la capocómica, que ya planea la mudanza a su nuevo hogar. No es la única buena nueva en su vida. Los éxitos también la acompañan en el amor: “En algún momento me definí como ‘la Travacienta’. Como una princesa: ya tengo el carruaje, el castillo y a mi Príncipe Azul. Vivo un hermoso cuento de travas”, reflexiona, fiel a su humor desfachatado, y nos presenta a su media naranja.
¿Quién es el príncipe de Lizy? Se llama Federico de Nichilo, tiene 35 años, es peluquero y nacido en Mar del Plata. Conoció a la diva en la temporada de Villa Carlos Paz, cuando a fines de diciembre la comenzó a peinar para su espectáculo Lizy Tagliani Recargada, que actualmente está de gira por todo el país y se presentará en Buenos Aires el 20, 21 y 22 de mayo en el teatro Tabaris.
“Primero fuimos peluquero/estrella, después pasamos a ser buenos conocidos y luego amigos. Acabábamos de romper con nuestras parejas de entonces y empezamos a ser más confidentes, contándonos nuestras penas de amor. ¡Hasta que un día me lo chapé! Y me di cuenta de que estaba enamorada de él, pero no lo quería presionar. No soy una mujer naturalmente encaradora como Moria, que les pega un palazo y se los lleva a su casa. Así que nos tomamos nuestros tiempos, y a mediados de febrero nos pusimos de novios”, relata la comediante, frente a esta etapa en la que Federico es su compañero de ruta.
CASA NUEVA, VIDA NUEVA... “¡Y amor nuevo!”, exclama Lizy mientras recorre el nuevo hogar –de una planta, con living, cocina con comedor diario y lavadero, dos habitaciones y una tercera en suite con vestidor– que compartirá con su novio, claro estrá. “Tenemos parrilla y un jardincito para que estén mis perros. ¡Es un sueño!”, asegura. Confiesa que no ve la hora de que su amor estrene la cocina, “porque hace unos platos riquísimos”.
–¿Qué te enamoró de Federico?
Lizy: Físicamente ¡está a la vista! Pero fundamentalmente su inteligencia, que es una persona divertida, y su manera de encarar y aclarar sus cuentas pendientes en busca de la felicidad. El venía del rubro de los barcos en Mar del Plata y se mudó a Córdoba para ser estilista.
Lizy: Físicamente ¡está a la vista! Pero fundamentalmente su inteligencia, que es una persona divertida, y su manera de encarar y aclarar sus cuentas pendientes en busca de la felicidad. El venía del rubro de los barcos en Mar del Plata y se mudó a Córdoba para ser estilista.
–¿A qué se debió el cambio de rumbo?
Fede: Empecé a trabajar de marinero de chico; después fui capitán de barco, siempre dedicado a la pesca. Cuando decidí dejar de navegar llegué al puesto de armador de barcos, que es el más importante. Pero no era feliz. Vivía una vida triste. Quería aclarar mi sexualidad y decidí viajar a Carlos Paz, donde estaba mi madre. Ahí empecé a trabajar en el salón de belleza de mi tío y empecé a hacer cursos para capacitarme como peluquero. Estuve siete meses, hasta que la conocí a Lizy.
Fede: Empecé a trabajar de marinero de chico; después fui capitán de barco, siempre dedicado a la pesca. Cuando decidí dejar de navegar llegué al puesto de armador de barcos, que es el más importante. Pero no era feliz. Vivía una vida triste. Quería aclarar mi sexualidad y decidí viajar a Carlos Paz, donde estaba mi madre. Ahí empecé a trabajar en el salón de belleza de mi tío y empecé a hacer cursos para capacitarme como peluquero. Estuve siete meses, hasta que la conocí a Lizy.
"Nunca me imaginé madre, pero la vida me ha dado tanto que me gustaría devolverlo de alguna manera. Por eso me gustaría adoptar"
–¿Qué te enamoró de ella?
Fede: ¡Todo! Me deslumbró cuando la vi... Su forma de moverse, de caminar, su actitud. Con Lizy me divierto mucho. Me tiene como un príncipe, me ama y me hace muy feliz.
Lizi: Fede siempre dice que lo enamora mi magia trans y cómo me armo para ser una mujer súper femenina. Por eso me gusta estar siempre divina para él. Se lo merece
Fede: ¡Todo! Me deslumbró cuando la vi... Su forma de moverse, de caminar, su actitud. Con Lizy me divierto mucho. Me tiene como un príncipe, me ama y me hace muy feliz.
Lizi: Fede siempre dice que lo enamora mi magia trans y cómo me armo para ser una mujer súper femenina. Por eso me gusta estar siempre divina para él. Se lo merece
–¿Cómo sos en el amor?
Lizi: Muy compañera. Poco demostrativa en público, por esto de ser trans... Lo debería tratar con un psicólogo ¡pero nunca fui en mi vida! En la intimidad soy cariñosa y me gusta acompañar y respetar a la persona que amo. Soy un trava que tendría que haber nacido en el siglo XVIII, porque creo en la fidelidad absoluta.
Lizi: Muy compañera. Poco demostrativa en público, por esto de ser trans... Lo debería tratar con un psicólogo ¡pero nunca fui en mi vida! En la intimidad soy cariñosa y me gusta acompañar y respetar a la persona que amo. Soy un trava que tendría que haber nacido en el siglo XVIII, porque creo en la fidelidad absoluta.
–Se nota que te cuesta confiar en el otro...
Lizi: ¡Muchísimo! Te juro que jamás pensé que iba a volver a enamorarme.
Lizi: ¡Muchísimo! Te juro que jamás pensé que iba a volver a enamorarme.
–¿Por qué?
Lizi: Por mi experiencia. Estuve sola hasta los 33. Después me puse de novia con Lucas y estuvimos ocho años, hasta que me fue infiel. Nos separamos tres años y volvimos; cortamos a fines del año pasado. Teniendo en cuenta eso, pensé que me iba a morir como una tía trava solterona. ¡Ya estaba buscando a dónde iría a jugar a las bochas y a la canasta! Pero llegó el amor. Me siento una adicta recuperada. Todos los días pienso: “Es por hoy”. Y creo que así se llega a mucho. Aunque estamos proyectando juntos todo el tiempo.
Lizi: Por mi experiencia. Estuve sola hasta los 33. Después me puse de novia con Lucas y estuvimos ocho años, hasta que me fue infiel. Nos separamos tres años y volvimos; cortamos a fines del año pasado. Teniendo en cuenta eso, pensé que me iba a morir como una tía trava solterona. ¡Ya estaba buscando a dónde iría a jugar a las bochas y a la canasta! Pero llegó el amor. Me siento una adicta recuperada. Todos los días pienso: “Es por hoy”. Y creo que así se llega a mucho. Aunque estamos proyectando juntos todo el tiempo.
–¿Qué proyectan?
Lizi: Ahora, la casa. Fede también trabaja en mi peluquería, aunque no estamos siempre juntos, porque yo estoy con la radio (en Mañanas campestres por Radio Pop, con Santiago del Moro), con las giras, y cerrando lo que haré en televisión: por ahora, lo más firme es La peluquería de Don Mateo, con Marley (por Telefe).
Lizi: Ahora, la casa. Fede también trabaja en mi peluquería, aunque no estamos siempre juntos, porque yo estoy con la radio (en Mañanas campestres por Radio Pop, con Santiago del Moro), con las giras, y cerrando lo que haré en televisión: por ahora, lo más firme es La peluquería de Don Mateo, con Marley (por Telefe).
–¿Entre las proyecciones está el ser padres?
Fede: A mí me encantaría.
Lizi: Nunca me imaginé madre, pero la vida me ha dado tanto que me gustaría devolverlo de alguna manera. Por eso me gustaría adoptar.
Fede: A mí me encantaría.
Lizi: Nunca me imaginé madre, pero la vida me ha dado tanto que me gustaría devolverlo de alguna manera. Por eso me gustaría adoptar.
–¿En qué momento se te despertaron las ganas?
Lizi: Cuando me separé de mi ex sufrí el desarraigo con sus hijas, sobre todo la menor. Por eso quiero un vínculo que nunca se vaya a cortar. Necesito a alguien que necesite de mí. Y conocí a Fede, que es pro-hijos, y la idea se hizo más realizable. Además, ya tenemos la casa... ¡Sólo hace falta poblarla!
Lizi: Cuando me separé de mi ex sufrí el desarraigo con sus hijas, sobre todo la menor. Por eso quiero un vínculo que nunca se vaya a cortar. Necesito a alguien que necesite de mí. Y conocí a Fede, que es pro-hijos, y la idea se hizo más realizable. Además, ya tenemos la casa... ¡Sólo hace falta poblarla!
Por Maru Cociffi. Fotos: Fabián Uset.
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