Así lo aseguró Gerardo Romano en un mano a mano con Diarioshow.com, en el que contó además cómo fue dejar su vida campestre en Uruguay y volver a Buenos Aires a hacer teatro. El actor también opinó de Showmatch: “En el jurado la única que sabe de baile es Nacha Guevara; los demás están porque tienen ganas, pero no aportan nada”.
Volvió al teatro, una decisión que le implica a Gerardo Romano cambiar sus rutinas, ya que el actor está radicado desde hace años en Uruguay con su pareja y Rita, su hija de diez años. “Vivo en Laguna del Sauce, a veinte kilómetros de Punta del Este. Me fui en el 2001 muy herido de bala, complicado y deprimido, pero después confié en Néstor y Cristina, aunque llegaron de la mano de Menem, un presidente que nos mintió a todos los argentinos… En fin, igual me quedé allá porque me gusta mucho la vida de campo, la naturaleza, pero ahora que estoy en Buenos Aires disfruto a mi hijo Lucio (28) –producto de su unión con la actriz Andrea Bonelli– y estoy muy bien”.
Continúa su relato instalado en su departamento de Palermo, donde recibe a DiarioShow, contando que no abandona sus ejercicios diarios en el gimnasio del complejo donde habita. “Hago ejercicios con repeticiones, pero no puedo correr porque tengo una rodilla pulverizada. Prefiero salir a caminar, logré llegar a los diez kilómetros a buen ritmo; es una especie de marcha. Me hace bien para el sistema cardiovascular; en un momento de mi vida el deporte fue algo lúdico, jugué al rugby durante diez años en el Olivos casi como un profesional, practiqué fútbol, básquet y boxeo. A los 30, ya de grande, comencé a estudiar teatro y, por una relación que tuve, aprendí a bailar. Descubrí la técnica Graham, que inventó una famosa coreógrafa norteamericana, y la disfruté durante dos décadas”, cuenta pausadamente.
A los cuarenta, Romano se inclinó por el tenis y con una sonrisa pícara admite que ahora no puede bailar, correr ni tirar pelotas en el frontón. “Tampoco puedo esquiar, pero utilizo la rodilla en lo que me da placer que es subir al escenario. Cuando me preguntan qué es la vejez, contesto: ese montón de pastillas en la mesita de luz. Las tomo para el colesterol todas las noches y para la presión todas las mañanas y las noches, y trato de no olvidarme porque la presión es traicionera. Si no la tomás, no te morís, pero la sangre corre rápido y esa velocidad golpea las arterias y las va socavando y hay riesgos de que se produzca un ACV”.
Tras una larga pausa, Gerardo vuelve al pasado y recuerda que en su casa del bajo Belgrano recibía a gran cantidad de amigos músicos y cantaban. “Pero un piano nunca falta en mi casa, o un órgano para tocar cuando se me da la gana. Soy un tipo raro, todo lo hago por mí mismo. No me gusta que me sirvan, porque ya llegará el momento en que no pueda valerme solo. No hay que ser una carga para nadie, la idea es ser lo más solidario posible y romper las pelotas, también, lo menos posible”, señala.
-¿Te llamaron este año para hacer televisión?
-Hice la miniserie “El asesor” con la productora Buenos Vientos, con Enrique Pinti, Valentina Bassi, Adrián Navarro y una gran elenco. Ahora, cuándo sale y por qué canal, no tengo la menor idea.
-¿Qué opinás de “Gran Hermano”?
-Me produce asco, me dan ganas de ver solamente telenovelas turcas (se ríe). Igual no miro “Las mil y unas noches”, pero sé que el público la eligió. Eso habla de en qué lugar está la televisión argentina para que lo que lidera por lejos sea una tira vieja, clásica y lenta. Los actores son buenos, los libros interesantes, pero es doblada. Romano es contundente y confiesa que tampoco le agrada el programa de Marcelo Tinelli: “En el jurado hay colegas, pero la única que sabe de baile es Nacha Guevara; los demás están porque tienen ganas, pero no aportan nada”.
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