Es una inglesa de 29 años que tiene dos hijos. Está obsesionada con sacarse selfies (se saca más de 100 por día) y se inyecta hormonas peligrosas con tal de estar linda. Sus fans de las redes sociales le regalan relojes y otras joyas carísimas.
La opinión pública inglesa está conmocionada por la confesión de una modelo de 29 años que admite ser adicta a la hormona del crecimientoaunque sabe que eso podría matarla
Se trata de Jacqui Ryland, una madre soltera de dos hijos, de Worcerster, Inglaterra, quien admitió en el programa Body Freaks, de Channel 5, quesabe que hay riesgos en inyectarse este tipo de drogas, pero dice que no puede evitarlo porque se convirtió en adicta.
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La chica, de 29 años, sostiene que la sustancia, que es de venta sólo bajo receta, "hace que mi piel se vea mejor, me hace ver más joven y que las uñas y el pelo crezcan con normalidad". Pero a la vez reconoce: "El efecto secundario es que hace crecer tu corazón y eso es peligroso. Y si tenés células cancerosas en tu cuerpo, esto las haría multiplicarse rápidamente". "¿Es adictivo? Sí, por los resultados que se obtienen. Yo me di cuenta que cuando se va el efecto subo de peso, me siento cansada y menos positiva", asegura la modelo.
Jacqui, quien también tomó esteroides en su búsqueda de un supuesto cuerpo perfecto, asegura que ella sintió la necesidad de tomar sustancias prohibidas cuando el gimnasio no le dio los resultados que esperaba. "Llegás a cierto nivel y, cuando querés pasar al siguiente, este paso es inevitable", explica.
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Sobre los riesgos para su salud, la mujer dice: "Me dijeron que estoy loca y que esto es un riesgo enorme. Pero si alguien me dice que no haga algo, nueve de cada diez vez voy a hacerlo".
De todos modos, ella dice que aprendió la lección al menos sobre las cirugías plásticas, cuando se hizo las lolas y uno de sus implantes se rompió: la tuvieron que llevar de urgencia al hospital ya que el líquido tóxico del implante se derramaba dentro de su cuerpo. La primera vez que se había agrandado las lolas Jacqui tenía apenas 17 años. Pero ahora dice que se arrepiente de esa decisión
"Si a los 17 cuando iba al quirófano hubiera sabido lo que sé ahora no lo habría hecho", asegura. Madre de Grace (9) y James (7), dice que no le gustó pasar finalmente tres veces por cirugía. Sin embargo, admite que "mis lolas me hicieron destacar. No hay día en que alguien no las mencione en Internet". La mujer tiene 101.000 seguidores en Twitter y un número similar en Instagram y Snapchat.
Mal no le va. Luego de publicar una lista de deseos de Amazon en su cuenta de la red del pajarito, la inundaron con costosos regalos. Por ejemplo, una tele gigante, una computadora Apple, anteojos de sol Luis Vuitton y un Rolex de casi 10.000 dólares.
Semejante atención despertó con sus obsesión por las selfies: ella admite que se saca unas 100 por día, "en el gimnasio, en la cama, donde vaya. Para mí, sacarme una selfie es como respirar".
Esta obsesión, reconoce, va de la mano con su fijación por su cuerpo y encima en el celular puede usar filtros y luces para aparecer aun mejor. Y no le importan las críticas. Si alguien le dice vanidosa, ella le da la razón. Sin embargo, no le gustaría que su hija siguiera sus pasos.
En fin, otro ejemplo más de que se puede tener un cuerpo extraordinario pero muy poco dentro de la cabeza.
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