Los "hermanitos" deberán atender el teléfono. Los participantes se enfrentan a la quinta prenda, por el presupuesto para la comida de los próximos días.
Los participantes de Gran Hermano deberán realizar una nueva prueba semanal. Esta vez, durante 48 horas tendrán que atender el teléfono que la producción les puso en su patio.
La prueba comenzó pasadas las 18.00 y a minutos de su inicio el teléfono, puesto en una cabina en el jardín sonó por primera vez y Matías fue el encargado de atender.
Para hacer más fácil, los chicos decidieron hacer guardia en la entrada de la casa, ya que temen que si están en el living o en el comedor, no se escuche la campana del teléfono.
Esta es la quinta prueba semanal que tienen para obtener el presupuesto necesario para comida. La primera consistió en cuidar un reloj de arena (perdieron), la segunda en realizar empanadas, la tercera en recorrer 1.800 kilómetros con un bicicleta fija y la cuarta en cocinar 1.300 pizzas, pero sólo llegaron a hacer poco más de mil.
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