Salió a la luz un diálogo virtual entre la actriz y el futbolista donde, supuestamente, la insulta al enterarse que estaba en la manicura. Leela a continuación.
Osvaldo: ¿Dónde estás?
Jimena: En lo de Vivi, la manicura. Se me rompió una uña y me la vine a arreglar. Sabés que Gilda, mi personaje de Esperanza mía, tiene las uñas muy largas.
O: ¡No te creo! ¡Me estás mintiendo! ¿Dónde y con quién estás, hija de p...?
J: Ya te dije. En San Isidro, en lo de Vivi. Acá te mando una foto con ella (contestación de Jimena, quien se saca una foto con Viviana Cappuzzello y se la envía por mensaje).
O: ¡Sos una hija de p..., un gato barato! ¡Me voy a la mierda! (remate de Osvaldo, minutos antes de llegar a su casa en Benavidez).
Lo que le siguió a esta charla del lunes 18 de mayo es lo más irracional que le pasó a la pareja de Jimena Barón y Daniel Osvaldo. El delantero de Boca llegó a su casa y, según dijo la actriz, “armó una valija y se fue de la casa. No tuvimos una charla, como una pareja adulta que se separa, con una familia en el medio. Antes también lo había hecho: se fue siete días. Pero ahora se llevó toda la plata, la de la venta de mi auto y otra que yo tenía guardada en una billetera. Desde ese momento no nos vimos más”.
Al principio, Jimena pensó que la bronca del papá de Morrison era algo pasajero. Venía de mucha presión, por los tres partidos con River en diez días, y de eso hablaba todo el país. A esto se sumó que ella aceptó una participación en la novela Esperanza mía, donde va a encarnar a Gilda, una prima de Lali Espósito, el personaje principal.
“A Dani no le gusta que trabaje. Es híper celoso, y si mi personaje tiene una historia de amor, no se lo banca. No cree en los besos de ficción, y me dice que no le gustaría verme besando a otro hombre, aunque sea un actor. El ambiente del fútbol es muy machista; después te cargan con esas cosas”, le comentó Jimena a Gabriela, su mamá. Lo que siguió a su partida la hizo cambiar de opinión.
Osvaldo: ¿Dónde estás?
Jimena: En lo de Vivi, la manicura. Se me rompió una uña y me la vine a arreglar. Sabés que Gilda, mi personaje de Esperanza mía, tiene las uñas muy largas.
O: ¡No te creo! ¡Me estás mintiendo! ¿Dónde y con quién estás, hija de p...?
J: Ya te dije. En San Isidro, en lo de Vivi. Acá te mando una foto con ella (contestación de Jimena, quien se saca una foto con Viviana Cappuzzello y se la envía por mensaje).
O: ¡Sos una hija de p..., un gato barato! ¡Me voy a la mierda! (remate de Osvaldo, minutos antes de llegar a su casa en Benavidez).
Lo que le siguió a esta charla del lunes 18 de mayo es lo más irracional que le pasó a la pareja de Jimena Barón y Daniel Osvaldo. El delantero de Boca llegó a su casa y, según dijo la actriz, “armó una valija y se fue de la casa. No tuvimos una charla, como una pareja adulta que se separa, con una familia en el medio. Antes también lo había hecho: se fue siete días. Pero ahora se llevó toda la plata, la de la venta de mi auto y otra que yo tenía guardada en una billetera. Desde ese momento no nos vimos más”.
Al principio, Jimena pensó que la bronca del papá de Morrison era algo pasajero. Venía de mucha presión, por los tres partidos con River en diez días, y de eso hablaba todo el país. A esto se sumó que ella aceptó una participación en la novela Esperanza mía, donde va a encarnar a Gilda, una prima de Lali Espósito, el personaje principal.
“A Dani no le gusta que trabaje. Es híper celoso, y si mi personaje tiene una historia de amor, no se lo banca. No cree en los besos de ficción, y me dice que no le gustaría verme besando a otro hombre, aunque sea un actor. El ambiente del fútbol es muy machista; después te cargan con esas cosas”, le comentó Jimena a Gabriela, su mamá. Lo que siguió a su partida la hizo cambiar de opinión.
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